El romanticismo.- movimiento literario y cultural que se caracteriza antes que nada por un espíritu rebelde contra todo aquello que limita la absoluta libertad del individuo. Liberalismo y rebeldía son, pues, sus notas más señaladas, que se manifiestan en todas las facetas de la vida y el arte. Consecuencia de ambas son el individualismo, el subjetivismo, el idealismo y el sentimentalismo.
Reacciona contra el entorno más o menos hostil, y así se revuelve contra la literatura y la cultura precedente, el neoclasicismo y la Ilustración del siglo XVIII, movimientos esencialmente racionalistas. En consecuencia el romanticismo tiende a la irracionalidad; propugna el apasionamiento, adopta posturas violentas y hasta encuentra atractiva la locura. Con frecuencia la frustración de las ansias de libertad absoluta dan en estados de desengaño y melancolía, que se resuelven en actitudes extremas como el suicidio o el evasionismo.
En materia política es ante todo liberal, defiende la libertad del individuo y también de los pueblos, de manera que se suelen vincular al romanticismo hechos históricos. El nacionalismo es, en suma, una manifestación del romanticismo, pero sobre todo lo es el liberalismo. Finalmente parece que va a triunfar un romanticismo ecléctico, lo mismo en literatura que en política, con predominio del moderantismo político de Narváez y el historicismo literario de Zorrilla.
En cuanto a las formas literarias, el romanticismo rompe de manera radical con el academicismo neoclasicista, a favor de la absoluta libertad creadora del individuo, lo que se manifiesta claramente en la variedad métrica y en el empleo de un estilo que se adapte al tono adecuado con lo que el autor desea expresar, a menudo apasionado, con una cierta tendencia a la truculencia grandilocuente y a la verbosidad que le resta interés para el lector actual, más proclive a un estilo más natural con tendencia a la condensación y sencillez.
La poesía romántica. Espronceda.- En poesía nos encontramos con una gran expresión de los sentimientos, con su máximo representante Espronceda cuya obra lírica contiene una serie de poemas de breve o mediana extensión, que tratan los temas característicos del romanticismo. Destacaríamos una serie de canciones como la famosa Canción del pirata, entre otras, y A Jarifa en una orgía, centradas en personajes marginales. Trata además el tema amoroso en El canto a Teresa.
La parte narrativa consta de tres poemas extensos que abundan en una corriente de poesía narrativa que se pone de moda con el romanticismo. El Pelayo es un poema épico, inconcluso, de tendencia neoclasicista, inspirado en el personaje histórico iniciador de la Reconquista.
El diablo mundo, también inacabado, iba a ser un poema muy extenso y complejo en el que hace una reflexión acerca de la vida humana.
El estudiante de Salamanca es su obra maestra. Poema narrativo en verso de extremada polimetría, supone el mejor tratamiento literario del mito del Don Juan.
Destacamos también el
POSTROMANTICISMO
de Becquer y Rosalía, encuadrados dentro de la poesía regionalista.
Gustavo Adolfo Bécquer.- La poesía de Bécquer tiene poco en común con la del resto de contemporáneos franceses. Bécquer, va a ser considerado un poeta romántico tardío y al mismo tiempo nuestro primer poeta contemporáneo, reconocido precursor de toda la poesía española del siglo xx.
Poética.- Una vez aceptada la idea de que lo esencial en la poesía es la emoción que el poeta es capaz de imprimir en su poesía, el propio Bécquer expone en diferentes escritos –especialmente en su prólogo al libro La soledad y en Cartas a una mujer- las bases de su actividad poética todo lo contrario a la idea romántica del poeta arrebatado por la emoción: “cuando siento no escribo”, escribe.
Rimas.- Su obra poética fue publicada en conjunto por sus amigos tras su muerte bajo el título de Rimas, a partir de un cuaderno manuscrito, titulado Libro de los gorriones, que quedó inédito a la muerte del poeta. Se trata de un poemario compuesto actualmente por ochenta y siete piezas, que los críticos dividen en: los que se refieren a la propia actividad poética, los que tienen como tema central el amor como una experiencia dichosa y como fuente de desengaño, y los que se centran en la soledad, el dolor y la muerte.
Estamos, en suman ante una poesía plenamente romántica, que considera el amor, su tema fundamental, tanto fuente de felicidad como de amargura y desesperación. Pero lo verdaderamente trascendente desde el punto de vista de la historia literaria es su estilo: la utilización de un lenguaje exento de retórica capaz de recrear la propia emoción que suscita el poema de forma directa y eficaz en la silva romance.
Leyendas.- Se trata de más de veinte narraciones cortas, algunas de problemática atribución, publicadas en prensa, a las que hay que agregar algunas de las Cartas desde mi celda, que participan del mismo gusto literario por lo fantástico. Uno de los escasos ejemplos de literatura fantástica española, en buena medida folclórico. Nuevamente su lenguaje destaca por su modernidad, la plasticidad y el sentido poético.
Rosalía de Castro.- Al margen de su significado en la literatura en lengua gallega, Rosalía, constituye, junto a Bécquer, un referente fundamental en la poesía contemporánea en lengua española.
Su obra poética comienza con el libro juvenil La flor, muy influido de Espronceda, y el poema A mi madre, inspirado por la muerte de la suya. Cantares Gallegos y Follas novas, ambos escritos en gallego, poesía regionalista que dio paso a un importante fenómeno, llamado neotradicionalismo, y consiste en la adopción por parte de poetas cultos de elementos formales y de contenido propios de la poesía folclórica o tradicional, sometidos a una estilización propia de la época y la estética en las que dichos poetas se hallan encuadrados. De esta corriente Rosalía es seguramente el mejor exponente de su tiempo, y la más original debido a su sentido de la solidaridad con el dolor ajeno. Su obra más extensa y ambiciosa, En las orillas del Sar, que retoma el español como soporte poético de sus inquietudes.
Destaca por su tono apasionado, intimista y sincero. Además tiene un notable interés su experimentación métrica.
El teatro romántico.- Se inicia en España en 1834, recién regresados los liberales de su exilio, con el cultivo del drama romántico. El drama romántico es una variante de tragedia que diverge de la neoclásica, conservando el ambiente histórico y el final característico de la tragedia, pero sustituye la intención educativa por la mera evasión y la de conmover al público por medio de su identificación con el héroe romántico. Rompe con la regla de las tres unidades.
Mezcla personajes de distinta condición, lo trágico y dramático con lo cómico, e incluso el verso, devuelto a la polimetría, con la prosa en una misma obra. En 1834 inauguran el teatro romántico Larra con Macías y Martínez de la Rosa con La conjuración de Venecia. Y alcanza su máxima popularidad con Don Juan Tenorio de José Zorrilla. La comedia romántica continuará fiel al establecimiento de la comedia moratiniana a comienzos del siglo. Su más importante cultivador será Miguel Bretón de los Herreros con El pelo de la dehesa.
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