domingo, 4 de agosto de 2013

TEMA 10: La novela española en las tres décadas posteriores a la guerra civil.

    Años cuarenta.- Respecto a la novela posterior a la guerra civil nos encontramos, como en los demás géneros literarios, una división clara por décadas.
          En los años cuarenta nos encontramos una actividad de gran precariedad, producto de la dispersión y el exilio. Dentro de nuestras fronteras será el sector falangista del nuevo régimen el que se impondrá la tarea de reconstruir el ambiente literario fomentando la creación desde sus revistas e instituciones, con miras a favorecer sus intereses ideológicos.
          En lo que respecta a nuevas incorporaciones en la novela, encontramos a los que se  dedican a narrar la guerra civil desde el lado de los vencedores predominando el belicismo, la exaltación de la guerra como agente purificador de la sociedad decadente. Destacamos a Rafael García Serrano con La fiel infantería. En el exilio se observará la tendencia contraria.
          Otra vertiente será la novela de corte realista, psicológica, más o menos escapista frente a la dolorosa situación de posguerra como Torrente Ballester con Javier Mariño
          Por último, la tendencia tremendista recoge al más interesante grupo de narradores. El tremendismo es un fenómeno que recuerda al naturalismo y  que tiende a un desquiciamiento de la realidad, con una sistemática presentación de hechos desagradables e incluso repulsivos. El iniciador de esta corriente es Camilo José Cela con La familia de Pascual. También podemos destacar Carmen Laforet con Nada.

          Generación del medio siglo. Realismo social.- En los años cincuenta nos encontramos con la generación del medio siglo formado por escritores que vivieron el conflicto bélico como una experiencia de infancia. El panorama literario es ahora más rico y variado, con influjos diversos procedentes de la escritura exterior.
          Su desarrollo se suele considerar entre La colmena de Cela y Tiempo de silencio de Martín Santos, que iniciaría la corriente experimental. Y dos tendencias: la neorrealista, continuadora en cierto modo del realismo existencial de los cuarenta, aunque centrada ahora en el personaje colectivo más que en el individual, con marcada tendencia objetivista,; y la del realismo crítico o social, que se pretende usar como un instrumento de combate ideológico.
          Destacamos a Miguel Delibes con El camino y a Rafael Sánchez Ferlosio con El Jarama.
          En la corriente social destacamos a Jesús López Pacheco con obras como Central eléctrica.

          La novela experimental.- En los años sesenta nos encontramos con el desarrollo de la novela experimental que supone una superación del realismo convencional apoyando un realismo que emplee un planteamiento subjetivo de la realidad. Se abandona el drama de la guerra para atender con preferencia a las limitaciones que la situación plantea al individuo.

Comienza con tiempo de silencio de Luis Martín Santos.

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