domingo, 4 de agosto de 2013

TEMA 1: La literatura española en el siglo XVIII a través de la prosa didáctica y el teatro.

La literatura del siglo XVIII en España se resuelve como una pugna entre la tradición barroca procedente del siglo anterior, y que nada importante va a producir desde la desaparición de Calderón de la Barca en, y el Neoclasicismo, que es el movimiento característico de este siglo en España.
            El neoclasicismo es un movimiento artístico y literario, surgido en Francia en el siglo XVII, caracterizado por una concepción útil, educativa de la literatura, lo que hace de esta un instrumento del movimiento cultural llamado Ilustración. Esta literatura redunde en la formación del lector y presente una factura perfecta, a imagen y semejanza de unos modelos clásicos que crean las llamadas Poéticas, a imitación de la compuesta por Aristóteles, en el caso español será la de Ignacio de Luzán.
Los rasgos del neoclasicismo son aquellos que definen el buen gusto, contrario a todo tipo de exceso, que se fijan en la naturaleza y por tanto persiguen la verdad, además de la mesura, el equilibrio, la claridad y demás valores del clasicismo que ya defendió la estética del renacimiento.

La prosa ilustrada.- La prosa didáctica en el siglo XVIII está vinculada básicamente a la Ilustración.Movimiento cultural de carácter racionalista que supone un intento de introducir los nuevos aires culturales europeos con el propósito de hacer cambiar las estructuras mentales de la sociedad española por medio del fomento de las ciencias, la educación, etc.
La literatura, en sus distintos géneros, se subordina en general al proyecto ilustrado a través del Neoclasicismo. De ahí que el teatro reciba una atención especial como transmisor de ideas. No obstante, el género que más se presta al desarrollo de la Ilustración será la prosa didáctica, a través sobre todo de memorias o informes. Otro subgénero didáctico creciente en este tiempo será el ensayo, libre exposición, a veces en forma epistolar, convenientemente argumentada, de ideas y opiniones del autor, sin requerimiento de prueba que demuestre su veracidad científica.

Sus autores más representativos son:

Padre Benito Feijoo es autor de una prolífica obra de divulgación científica desarrollada a través de dos series de libros tituladas Teatro crítico universal y Cartas eruditas y curiosas, en los que recopila un extenso conjunto de trabajos sobre muy diversas materias, tratadas con espíritu crítico, método científico e intención didáctica.

Ignacio de Luzán mencionado anteriormente.

José Cadalso conocido también como poeta neoclasicista y autor de alguna tragedia, lo mejor de su obra es la ensayística. Los eruditos a la violeta una sátira y Las cartas persas ensayo en forma de cartas.

Gaspar Melchor de Jovellanos es sin duda la más representativa e importante figura de la Ilustración española. Prolífico escritor ilustrado, representa además al prototipo del prócer de la época.
Cultivó todos los géneros literarios, pero solo en el de la prosa didáctica destacó. Se suele considerar su obra maestra el Informe sobre la ley agraria, que produjo una gran influencia en la política económica del siglo XIX. Más interés tiene su Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas, en el que aborda el problema del teatro en su tiempo y otros espectáculos como los toros, que critica severamente.

Teatro neoclasicista.- El panorama general del teatro español en el siglo XVIII está dominado por una intensa polémica entablada entre los partidarios de la pervivencia de la comedia barroca que daba gusto a las masas populares, y los ilustrados, que pretendían hacer del teatro un vehículo para la educación de la sociedad.
            La comedia nacional, creada por Lope de Vega a finales del siglo XVI, constituye el núcleo del teatro barroco, el considerado clásico español, hasta 1680, y persiste a lo largo de todo el XVIII en formas degradadas como las comedias de ruido; las comedias de magia, las comedias de santos, etc.
En contra, los ilustrados tratan de sacar adelante un teatro educativo que siga las pautas marcadas por neoclasicismo conforme las establece la Poética aristotélica, en Francia, e Ignacio de Luzán en España. Este teatro se ajusta a la clasicista regla de las tres unidades (de lugar, de tiempo y de acción). Distingue la tragedia de la comedia. La tragedia neoclasicista se caracteriza por su temática grave, su final nefasto, sus personajes de elevada condición social y moral, su cuidado lenguaje y su métrica uniforme de arte mayor. Pero no consiguió calar en el gusto del pueblo y tampoco produjo alguna obra importante. Entre estas podríamos citar La Hormesinda  de Nicolás Fernández de Moratín, pero la más notable sería Raquel, de García de la Huerta, que se salta en buena medida la normativa academicista de la tragedia para ofrecer un drama entre neoclasicista y barroco sobre un hecho histórico medieval.
Mayor interés tiene la comedia neoclasicista o moratiniana, llamada así por ser Leandro Fernández de Moratín su creador, respetuosa con la convención de las tres unidades, pretende un fin didáctico al poner en ridículo los vicios y errores comunes de la sociedad y recomendar la verdad y la virtud. Personajes comunes, practica la mímesis, o imitación de la realidad y se sirve de un lenguaje natural, ya sea en prosa o en verso. Pero lo verdaderamente importante es que va a dar con la fórmula de la comedia contemporánea que va a seguir vigente durante los dos siglos siguientes, Moratín será su mayor representante con El sí de las niñas
Recordemos también la presencia del sainete, de gusto popular, heredero del entremés barroco, cuyo mayor representante será Ramón de la Cruz, con El Manolo.

TEMA 2: El romanticismo. La poesía y el teatro.

El romanticismo.- movimiento literario y cultural que se caracteriza antes que nada por un espíritu rebelde contra todo aquello que limita la absoluta libertad del individuo. Liberalismo y rebeldía son, pues, sus notas más señaladas, que se manifiestan en todas las facetas de la vida y el arte. Consecuencia de ambas son el individualismo, el subjetivismo, el idealismo y el sentimentalismo.
Reacciona contra el entorno más o menos hostil, y así se revuelve contra la literatura y la cultura precedente, el neoclasicismo y la Ilustración del siglo XVIII, movimientos esencialmente racionalistas. En consecuencia el romanticismo tiende a la irracionalidad; propugna el apasionamiento, adopta posturas violentas y hasta encuentra atractiva la locura. Con frecuencia la frustración de las ansias de libertad absoluta dan en estados de desengaño y melancolía, que se resuelven en actitudes extremas como el suicidio o el evasionismo.
En materia política es ante todo liberal, defiende la libertad del individuo y también de los pueblos, de manera que se suelen vincular al romanticismo hechos históricos. El nacionalismo es, en suma, una manifestación del romanticismo, pero sobre todo lo es el liberalismo. Finalmente parece que va a triunfar un romanticismo ecléctico, lo mismo en literatura que en política, con predominio del moderantismo político de Narváez y el historicismo literario de Zorrilla.
En cuanto a las formas literarias, el romanticismo rompe de manera radical con el academicismo neoclasicista, a favor de la absoluta libertad creadora del individuo, lo que se manifiesta claramente en la variedad métrica y en el empleo de un estilo que se adapte al tono adecuado con lo que el autor desea expresar, a menudo apasionado, con una cierta tendencia a la truculencia grandilocuente y a la verbosidad que le resta interés para el lector actual, más proclive a un estilo más natural con tendencia a la condensación y sencillez.

La poesía románticaEspronceda.- En poesía nos encontramos con una gran expresión de los sentimientos, con su máximo representante Espronceda cuya obra lírica  contiene una serie de poemas de breve o mediana extensión, que tratan los temas característicos del romanticismo. Destacaríamos una serie de canciones como la famosa Canción del pirata, entre otras, y A Jarifa en una orgía, centradas en personajes marginales. Trata además el tema amoroso en El canto a Teresa.
La parte narrativa consta de tres poemas extensos que abundan en una corriente de poesía narrativa que se pone de moda con el romanticismo. El Pelayo es un poema épico, inconcluso, de tendencia neoclasicista, inspirado en el personaje histórico iniciador de la Reconquista.
El diablo mundo, también inacabado, iba a ser un poema muy extenso y complejo en el que hace una reflexión acerca de la vida humana.
El estudiante de Salamanca es su obra maestra. Poema narrativo en verso de extremada polimetría, supone el mejor tratamiento literario del mito del Don Juan.

Destacamos también el
POSTROMANTICISMO
de Becquer y Rosalía, encuadrados dentro de la poesía regionalista.

Gustavo Adolfo Bécquer.- La poesía de Bécquer tiene poco en común con la del resto de contemporáneos franceses. Bécquer, va a ser considerado un poeta romántico tardío y al mismo tiempo nuestro primer poeta contemporáneo, reconocido precursor de toda la poesía española del siglo xx.
Poética.- Una vez aceptada la idea de que lo esencial en la poesía es la emoción que el poeta es capaz de imprimir en su poesía, el propio Bécquer expone en diferentes escritos –especialmente en su prólogo al libro La soledad y en Cartas a una mujer- las bases de su actividad poética todo lo contrario a la idea romántica del poeta arrebatado por la emoción: “cuando siento no escribo”, escribe.
Rimas.- Su obra poética fue publicada en conjunto por sus amigos tras su muerte bajo el título de Rimas, a partir de un cuaderno manuscrito, titulado Libro de los gorriones, que quedó inédito a la muerte del poeta. Se trata de un poemario compuesto actualmente por ochenta y siete piezas, que los críticos dividen en: los que se refieren a la propia actividad poética, los que tienen como tema central el amor como una experiencia dichosa y como fuente de desengaño, y  los que se centran en la soledad, el dolor y la muerte.
Estamos, en suman ante una poesía plenamente romántica, que considera el amor, su tema fundamental, tanto fuente de felicidad como de amargura y desesperación. Pero lo verdaderamente trascendente desde el punto de vista de la historia literaria es su estilo: la utilización de un lenguaje exento de retórica capaz de recrear la propia emoción que suscita el poema de forma directa y eficaz en la silva romance.
Leyendas.- Se trata de más de veinte narraciones cortas, algunas de problemática atribución, publicadas en prensa, a las que hay que agregar algunas de las Cartas desde mi celda, que participan del mismo gusto literario por lo fantástico. Uno de los escasos ejemplos de literatura fantástica española, en buena medida folclórico. Nuevamente su lenguaje destaca por su modernidad, la plasticidad y el sentido poético.


Rosalía de Castro.- Al margen de su significado en la literatura en lengua gallega, Rosalía, constituye, junto a Bécquer, un referente fundamental en la poesía contemporánea en lengua española.
Su obra poética comienza con el libro juvenil La flor, muy influido de Espronceda, y el poema A mi madre, inspirado por la muerte de la suya. Cantares Gallegos y Follas novas, ambos escritos en gallego, poesía regionalista que dio paso a un importante fenómeno, llamado neotradicionalismo, y consiste en la adopción por parte de poetas cultos de elementos formales y de contenido propios de la poesía folclórica o tradicional, sometidos a una estilización propia de la época y la estética en las que dichos poetas se hallan encuadrados. De esta corriente Rosalía es seguramente el mejor exponente de su tiempo, y la más original debido a su sentido de la solidaridad con el dolor ajeno. Su obra más extensa y ambiciosa, En las orillas del Sar, que retoma el español como soporte poético de sus inquietudes.
Destaca por su tono apasionado, intimista y sincero. Además tiene un notable interés su experimentación métrica.

            El teatro romántico.- Se inicia en España en 1834, recién regresados los liberales de su exilio, con el cultivo del drama romántico. El drama romántico es una variante de tragedia que diverge de la neoclásica, conservando el ambiente histórico y el final característico de la tragedia, pero sustituye la intención educativa por la mera evasión y la de conmover al público por medio de su identificación con el héroe romántico. Rompe con la regla de las tres unidades.
Mezcla personajes de distinta condición, lo trágico y dramático con lo cómico, e incluso el verso, devuelto a la polimetría, con la prosa en una misma obra. En 1834 inauguran el teatro romántico Larra con Macías y Martínez de la Rosa con La conjuración de Venecia. Y alcanza su máxima popularidad con Don Juan Tenorio de José Zorrilla. La comedia romántica continuará fiel al establecimiento de la comedia moratiniana a comienzos del siglo. Su más importante cultivador será Miguel Bretón de los Herreros con El pelo de la dehesa.

TEMA 3: Realismo y naturalismo. La narrativa realista

Características generales.-Las características de esta novela serán el propio realismo tanto psicológico como ambiental, considerado como una categoría literaria y artística en general, aplicable a obras de cualquier época. Coincide con el momento de esplendor de la novela moderna en toda la literatura occidental.
El tema fundamental es el conflicto surgido en el individuo frente a la sociedad en la que vive, coincidiendo con el tema esencial del romanticismo. La diferencia es de enfoque: mientras en el romanticismo prevalece el individualismo, el realismo amplía el enfoque, por un lado, en el comportamiento del individuo (psicologismo) y, por otro, en los mecanismos de la sociedad que rodea y acecha al individuo (sociología).
Predomina la narración lineal, de narrador externo, omnisciente, en tercera persona. Tampoco faltan el modelo de narración autobiográfica y la narración epistolar, que ofrece la ventaja, desde el punto de vista del realismo psicológico, de que los personajes se retraten a sí mismos con sus propias palabras.
El estilo suele ser sencillo y accesible.
Desarrollo.- tres etapas. La primera es una etapa de transición entre el romanticismo y el realismo que comprendería principalmente a Fernán Caballero y a Pedro Antonio de Alarcón con sombrero de tres picos de carácter costumbrista. La segunda etapa propiamente realista, vendría representada por autores como  Galdós al que se le atribuye el comienzo de la novela realista española a partir de La fontana de oro, creada en su primera época, constituida por una serie de novelas históricas y de tesis. Destacan en esta etapa Doña PerfectaGloria , Marianela y las dos primera series de los Episodios Nacionales.
La segunda época, corresponde a sus mejores novelas. El realismo alcanza su plenitud, y se mezcla con elementos naturalistas. Fortunata y Jacinta es la más importante.
La tercera época, corresponde a un periodo crítico del autor, que le lleva a una profunda reflexión espiritual en sus novelas. Nazarín o El abuelo, además de las tres últimas series de los Episodios Nacionales.
Leopoldo Alas “Clarín” se caracteriza por su figura de cuentista con obras como el entierro de la sardina y su obra maestra la Regenta centrada en el adulterio y en el honor del marido engañado.
 Y la tercera etapa, correspondiente al naturalismo, antes que una corriente literaria se podría decir que es filosófica, su doctrina se  basa en que el comportamiento humano no depende tanto de la voluntad del individuo como de la genética y el ambiente que lo rodea.
Su máxima representante es Emilia Pardo Bazán, gran figura intelectual de su tiempo que luchó contra detractores del naturalismo. Su obra más destacada es los pazos de Ulloa ambientada en Galicia.
Además, destacaremos a Vicente Blasco Ibañez, al cual su estética narrativa lo adscribe inequívocamente al naturalismo pese a que cronológicamente no le correspondería. Sus novelas más representativas, al igual que en Pardo Bazán, son de ambiente regionalista y destacamos la barraca cañas y barro.
El teatro realista se debate entre el drama, derivación neorromántica en el que sustituye ambientes históricos por contemporáneos, y la alta comedia, más o menos sujeta a la pervivencia de la comedia moratiniana. Será Ventura de la Vega con El hombre de mundo quien marque la transición entre romanticismo y realismo.

TEMA 4: El modernismo. Rubén Darío.

El Modernismo: concepto general.-A finales del siglo XIX comienza a producirse un cambio revolucionario en la cultura occidental que afectará a todos los campos de la misma. Dicho fenómeno, llamado Modernismo, es un movimiento heterogéneo y universal, pues engloba direcciones diversas y se da en todos los países occidentales de ambos continentes.
            Su rasgo más significativo es su reacción contra el espíritu racionalista burgués dominante en el periodo precedente, lo cual le da un cierto carácter romántico por lo que tiene de rebeldía.
En consecuencia, nace como un intento de resucitar la belleza y los valores que habían sido postergados en el paso del romanticismo al realismo. Verdadera revolución estética que reivindica los valores estéticos intrínsecos de la palabra haciendo valer la musicalidad del verso y otros valores plásticos. El fin primordial es crear belleza, pero también tendrán importancia los contenidos sirviendo como medio de expresión de las complejas inquietudes de la persona en el paso de un siglo a otro.
El modernismo nace en España a finales del S.XIX por influencia de Rubén Darío y cronológicamente encontramos en primer lugar el modernismo esteticista y, después, el de la Generación del 98.

El modernismo esteticista.- Es un movimiento literario importado de América, a través Rubén Darío y se caracteriza por la plasticidad de la expresión, que aprovecha al máximo los recursos sonoros de la lengua y por una gran profusión de elementos esteticistas.
En cuanto al contenido, dentro de una variada temática, coinciden con el romanticismo en la actitud evasionista. Dicho evasionismo a menudo se interpreta, igual que en el romanticismo, como una actitud de rechazo al mundo burgués que rodea al poeta.
Autores más representativos son, además del nicaragüense Rubén Darío, Manuel Machado, Francisco Villaespesa, Juan Ramón Jiménez.

Generación del 98.- restringido número de escritores marcados por las inquietudes filosóficas de la época y una actitud crítica acerca de la situación española surgida a partir del llamado “desastre de 1898”

La poesía modernista. Rubén Darío

            Félix Rubén García Sarmiento, podría representar a la perfección la actitud modernista ante la vida.
            Su influencia en la literatura como difusor del modernismo americano en España, es fundamental para su generación y las siguientes, la Vanguardista y  la del Veintisiete.
Su obra supera la disyuntiva entre el compromiso social y el concepto del arte por el arte. Rubén concibe la poesía como un ejercicio superior, capaz de conectar con los secretos profundos de la existencia y de interpretar el universo.
La temática fundamental de su obra es la erótica, tratada desde una actitud que supera el apasionamiento romántico para dotarlo de una dimensión existencial. La mujer ocupa el centro de casi toda ella, pero innominada, inconcreta.

Azul…: Incluye cuentos breves y unos pocos poemas. Crea un mundo mágico, que implica un rechazo de la realidad burguesa. Emplea dos símbolos, el azul (color del ensueño) y el cisne (símbolo de la pureza).
Prosas profanas: Constituye un signo de repulsa hacia la religión tradicional. Trata temas como la evasión aristocrática de la realidad, preocupación social…
Cantos de vida y esperanza: Insiste en su desdén por todo lo que indica mediocridad. Se reconoce iniciador del modernismo. Su nueva misión es tratar los asuntos políticos. Los temas de esta obra son los problemas del mundo hispánico y la reflexión existencial de la voz poética.

TEMA 5: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

Antonio Machado (1875-1939)

Considerado uno de los grandes de la poesía española contemporánea, y aun de la de todos los tiempos; como uno de los clásicos indispensables, para estudiar su obra podemos dividirla en cuatro etapas.

1ª. Etapa modernista-simbolista. Ciclo de Soledades. (h. 1900-1907).
Se cifra esta etapa en Soledades, que reedita con el título de Soledadesgalerías y otros poemas. Época de fracaso, entre los veinticinco y treinta y dos años del autor. El fracaso amoroso es tema recurrente.
La poesía del ciclo Soledades es profundamente intimista, que le sirve al poeta para explorar lo que él llama “las secretas galerías del alma”, lo que le pone en contacto con la poesía filosófica.
Su poética en aquel momento parte del rechazo de la poesía narrativa del siglo anterior. Insiste en que la poesía lírica ha de expresar sentimientos puros, obviando o ignorando aquello que los ha motivado.
Recurre al simbolismo, poética de carácter intimista que consiste en describir el entorno, a partir del impresionismo representado de manera imprecisa, la conciencia subjetiva del poeta.
Por otra parte el impresionismo, que consiste en un método de descripción del entorno situándonos en el momento preciso en el que los descubrimos.

2ª.- Etapa noventayochista, realista. Ciclo Campos de Castilla. (1907-1917)
Campos de Castilla será ampliada en la primera edición de Poesías Completas. Se traslada a Baeza, huyendo  de los recuerdos de su difunta esposa, abandonando así el ensimismamiento y la introspección de sus “galerías interiores” y se fija en una visión que podemos llamar impresionista-realista. Paisajismo y crítica sociológica introducen a Machado en la Generación del 98.

3ª.- E. filosófica. Ciclo Nuevas Canciones y Los complementarios. (1917-1931) y 4ª.- Etapa final (1931-1936)

Etapa de decadencia, junto con la siguiente y un notorio interés por la filosofía. En la primera etapa publicará Complementarios Nuevas canciones, y en la última publicará ensayos breves filosóficos publicados en prensa y en libro, bajo el heterónimo Juan de Mairena, obra que titulará con el mismo nombre, Juan de Mairena.

Juan Ramón Jiménez (1881-1958).-
Situado por los historiadores a caballo entre el modernismo y el vanguardismo, con el que se convierte en maestro del grupo del 27 en los años veinte, y un perfecto ejemplo de poeta entregado absolutamente a su obra, continuamente revisada a lo largo de su vida, que dividiremos en tres etapas:
1ª) La etapa modernistasensitiva, según el poeta, corresponde a su periodo afecto al modernismo El mismo año que Machado publica Soledades, JRJ hace lo propio con Arias tristes, dando origen conjuntamente con aquel a la poesía simbolista española.
 La muerte será un tema recurrente en su obra de juventud, así como los conflictos morales que le origina el descubrimiento del amor. Su pueblo llenará de contenido gran parte de su obra poética de esta época, incluido el libro en prosa poética Platero y yo.
 Métrica sencilla, basada en el romance de carácter lírico, aunque también abunda el alejandrino. Sonetos espirituales marca la transición a la segunda época y es una colección de sonetos en los que mezcla la presencia simbolista de la naturaleza con el anuncio de una trascendencia en su poesía, cargada de sentido moral, que anuncia la segunda época.
2ª.) La época de poesía desnuda o intelectual, trascendente, que comienza con el libro Diario de un poeta recién casado, que combina la prosa con el verso libre e  incorpora el mar como tema de su poesía, que conecta al autor con lo universal a través de la belleza que emana. Otro tema recurrente es la metapoesía y el carácter intelectual viene de su  interés por descubrir la esencia de la naturaleza para dársela a conocer al mundo y ayudar a que este sea mejor. Otras obras son, PoesíaBelleza, etc., en las que predomina el verso libre y una expresión desnuda.
3ª) La etapa de poesía purasuficiente. Esta etapa es la de su poesía más puta, que constituye una progresión respecto a la etapa anterior en lo que se refiere a la concesión del lenguaje con una depuración de lo que para él es extrapoético. Todo esto le lleva a despreciar el verso convencional para ensayar un tipo de expresión un tanto hermética que supone la distinción entre verso y prosa.
Destacamos La estación total, Dios deseado y deseante y Animal de fondo entre otras.



TEMA 6: Grupo poético del 27.

La tercera promoción de escritores españoles del siglo, que junto con Juan Ramón Jiménez y Machado hacen del primer tercio del siglo una segunda edad de oro de la. Constituyen lo más provechoso de la vanguardia en España, que ellos combinan sabiamente con elementos de las más diversas tradiciones. Cada uno de estos poetas muestra una marcada personalidad, lo que les hace ser tan grandes poetas todos ellos, si bien por su edad e influencias comunes forman un grupo, aunque heterogéneo, marcado, entre otros rasgos, por la gran amistad que los unió en vida.
Se pueden trazar dos etapas en su desarrollo. La primera corresponde a los años veinte, y en ella se deja notar el influjo de Juan Ramón Jiménez obre todos ellos, concretamente en su concepción de la poesía desnuda, es decir, la idea del arte por el arte, literatura deshumanizada, cerebral, aséptica, característica del vanguardismo. El elemento más característico de su expresión es la imagen creacionista expresada con un lenguaje concentrado, breve y conciso, y una gran variedad de esquemas métricos. El modelo ideal que los inspira es el poeta del Siglo de Oro Luis de Góngora, la más alta expresión del concepto del arte por el arte de la literatura española.
La segunda etapa corresponde a los años treinta inclinándose ahora por una poesía de compromiso solidario ante el azote que el mundo ve avecinarse sobre sí, lo que propicia una rehumanización de su poesía con la recuperación de los temas tradicionales y existenciales de la poesía. El maestro va a ser ahora el poeta chileno Pablo Neruda. El elemento expresivo más característico es la imagen surrealista y poseerá una métrica característica del superrealismo como es el verso libre de larga extensión, casi versículos.
Todavía se puede hablar de una tercera etapa, aunque supone la de la dispersión a causa de los efectos de la guerra civil.
La nómina de dicho grupo la integran Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre

            Destacaremos la obra de La voz a ti debida de Pedro Salinas, se le conoce como el poeta del amos del S.XX.
            La figura de Dámaso Alonso como mejor crítico literario y filósofo con su obra Hijos de la ira que supone un grito existencial ante el desconcierto y la sinrazón del mundo en su contexto histórico.

            Por último, Federico García Lorca es quizás el más representativo del grupo en el que cabe destacar su obra maestra La casa de Bernarda Alba o su famoso Romancero Gitano. 

TEMA 7: Generación del 98.

Dentro del movimiento general del Modernismo, y compartiendo muchos rasgos con la llamada tendencia esteticista, se halla la Generación del 98, que abarca un grupo de grandes autores y una larga serie de allegados caracterizados por sus inquietudes filosóficas, acordes con el existencialismo que domina la filosofía europea del momento, y sobre todo por una actitud crítica sobre la situación española del momento, lo que motiva el tratamiento del llamado “problema de España”.
En cuanto a su temática filosófica, reflexionan sobre el sentido de la existencia, la personalidad individual o la presencia de Dios en la vida del hombre, buscando una nueva religiosidad como alternativa del catolicismo convencional. Y en cuanto a sus inquietudes sociológicas, denuncian la decadencia en la que se encuentra sumida España y analizan sus causas así como al supuesto “glorioso pasado” con el que se la compara. Proyectan la idea de la regeneración de España, con un cambio profundo en las estructuras sociopolíticas, y dan lugar a la idea de las dos Españas: la tradicional, anclada en un pasado, y la joven, la que mira al futuro con esperanza.
Constituyen, en suma, el arranque intelectual y político de la España contemporánea que se vería frustrado con el final violento de la Segunda República.
            Su estilo es común con el Modernismo y, tanto la poesía como la prosa noventayochistas se inclinan por la sobriedad, que busca la originalidad y la expresividad, de manera que cada uno de los autores posee un estilo propio inconfundible, llano, asequible y al mismo tiempo de elevada calidad literaria.
            La nómina establecida de este grupo es la siguiente: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, José Martínez Ruiz “Azorín”, Antonio Machado. A veces se incluye a Ramón del Valle Inclán, cuya personalidad encaja mejor en el Modernismo esteticista, y con más motivo a Ángel Ganivet, prosista de talante noventayochista pese a su muerte prematura el mismo año 1898.
Los dos géneros más importantes desarrollados por el grupo son el ensayo y la novela. No fueron capaces de implantar una forma propia de teatro, aunque sí de poesía, en las obras de Machado y Unamuno.
La novela supone, tal vez, la aportación más interesante y novedosa de la Generación del 98 en la literatura española de su tiempo, creando la novela existencial, donde del héroe se enfrenta consigo mismo, por descubrir su propia personalidad. Muchas de estas terminan con el suicidio del protagonista o en estado de postración moral, decadencia anímica y espiritual, llamada abulia.

            Miguel de Unamuno (1864-1936) es el escritor más representativo de la Generación cuya obra literaria participa de todos lo géneros literarios, además del epistolar, y es ante todo expresión de su personalidad atormentada, determinada por su biografía personal.
Algunos de sus ensayos expresan su atormentada vida religiosa, como Del sentimiento trágico de la vida o La agonía del cristianismo.
Teoriza sobre la novela, consciente del cambio que representa la nueva novela existencial. Le llama “nivola” y “agonista” al protagonista, y prescinde de descripciones paisajistas y costumbristas, ya que se sirve de un espacio abstracto. Destacan sus obras La tía TulaNieblaSan Manuel Bueno Mártir.
También se sirvió de la poesía para expresar sus inquietudes espirituales, como hizo en El cristo de Velázquez, o en su Cancionero, especie de diario poético.


Pío Baroja (1872-1956), es el mejor novelista del grupo y uno de los mejores y más prolíficos cultivadores del género del siglo en España. Cultivó, primeramente la novela crítica naturalista en La busca, la existencial en Camino de perfección, y combina las dos tendencias en su mejor obra, El árbol de la ciencia. Posteriormente cultivó un tipo más personal de novela, próxima a la novela de aventuras, en Zalacaín el aventurero.

José Martínez Ruiz “Azorín” (1873-1967) hace notar su inconformismo en su juventud en sus artículos reunidos en La Andalucía trágica, y el más moderado o conservador en su madurez, cultiva un tipo muy personal de ensayo en el que, sobre todo, recrea los paisajes y las figuras del pasado histórico y literario españoles, como vemos en La ruta de Don QuijoteClásicos y modernos, etc.
Como novelista, destaca su trilogía protagonizada por su trasunto Antonio Azorín, del que toma su pseudónimo.